Mirando el cartel

 

  

sábado, noviembre 18, 2006

La dalia negra

Póquer circunstancial, resultante de una aparente doble pareja que conforma dos tríos practicantes; cuestión de combinatoria en torno a una investigación que deriva hacia la obsesión más íntima ante lo que la fuerza de la gravedad presenta como superficial corrimiento cuando en realidad es profundo tajo.

Sé simple (cartelista), no recargues con lo que antaño hicieron los autores (novelista y director), tan sólo ábrele bien los ojos al espectador para que no forme parte del corro de morbosos que se alimentan del yaciente producto de desviados depravados al final de la línea de tres farolas que jalonan el negro recorrido de lo que circula por el lado más sórdido de los oropeles dorados y el glamour artificial de la meca social; invítale a ver, a mirar hacia arriba, hacia el más allá, hacia el más acá, puede que vea negro bajo blanco o blanco sobre negro, poco importa, si observa concluirá que es lo mismo, lo digas con muchos rostros participantes o lo digas sólo con uno implicado, lo pongas con letra negra cubierta de coagulante rojo, lo escribas con flotante letra blanca sobre extenso mar negro y con indiferente independencia del marginado artículo sin mayúscula.

sábado, noviembre 04, 2006

El laberinto del fauno

Bienvenida a tu mundo de fantasía. Pasa, no te quedes en la puerta. Deja atrás el mundo real, tan enloquecido y confuso. Aquí estamos todos los que quieras inventarnos y algunos más que aportarán su particular toque de perversión, porque realidad y fantasía no dejan de ser dos facetas de un contexto cruel.

Adelante, no te quedes ahí parada. Cuanto más entres más pequeña será la salida y más alejada estarás de esa realidad adulta que tanto detestas. Bien es cierto que la mezcolanza de seres diversos que te imaginas puede conducirte a no reconocer lo que ocurre a tu alrededor pero eso no debe preocuparte porque los adultos que te rodean están tan ocupados en sus propios desórdenes anímicos que vais a estar todos en la misma situación y, no te quepa duda, este mundo tuyo de fantasía tiene más posibilidades de satisfacerte emotivamente que el artificioso lugar exterior, ése que tanto detestas, edificado con rencillas y encrucijadas que no hacen más que confundir a cualquier niño obligado a permanecer en él.

Así que, bienvenida a tu mundo de fantasía. Lo llamamos 'El laberinto del fauno', un lugar pensado para confundir a quien se adentre en él porque mire a dónde mire todo tendrá sentido y, además, el futuro le será revelado en sueños o por medio de voces sobrenaturales provenientes de nuestras arboledas. Adéntrate en él, verás que no es tan laberíntico como aparenta a ojos de quien no lo ha vivido como alternativa de supervivencia. Por cierto, ¿cómo te llamas?.