Mirando el cartel

 

  

sábado, enero 28, 2006

Match point

Ella puede tener un lado oscuro pero su entorno es claro y sus ojos, ambos visibles, miran por encima de la pasión, de la tentación y de la obsesión. Condición ésta neceseria pero, a efectos, insuficiente. Los sentimientos y ella. Poco más para ella.

Él con sólo un ojo a la vista (el otro se ha fundido con el envoltorio más oscuro, negro, opaco, en el que aparecen los nombres de los actores principales, el destacado director y el parcial rojo sangre del título) mira desafiante, seguro de su juego oculto. El renombre y él. El partido para él.

El punto de juego culmina la base de los créditos y acompaña literariamente a la imagen de la pareja que se besa en el acristalado apartamento, buscando intimidad tras la estilizada columna que sustenta las caras parciales de él, ella y sus circunstancias. Punto.

sábado, enero 21, 2006

La vida secreta de las palabras

La luz de una puesta de sol ilumina lo que sobresale pero también crea sombras, unas tenues y grises, otras densas y oscuras.

En lo iluminado, las canas se tiñen de rubio y los cabellos rubios lucen dorados. La luz de la denuncia restituye y realza.

En lo sombreado, las caras aparecen grises y los cuerpos se confunden con la noche. La sombra de la indiferencia decolora y confunde.

Él cierra los ojos para perfilar un sueño de futuro. Ella, con los ojos cerrados, intenta despertar de la pesadilla del pasado.

Las palabras flotan y se arremolinan, no en busca de un oído que las absorba sino a la espera de unos ojos que las asimilen, entiendan y absuelvan.

El título, blancas palabras en letra de periodística máquina de escribir como salidas de la boca de ella, aporta luz y taquígrafos.