Mirando el cartel

 

  

sábado, junio 03, 2006

Déjate llevar (Take the lead)

Las letras del nombre del reclamo autóctono, sobrepuestas a las cortinas del intuido escenario, adquieren aspecto de banderas ondeando al viento de los movimientos de los dos destacados bailarines: él, resaltada camisa blanca, concentrado en su pareja, eleva la mano izquierda en armoniosa sincronía mientras, como si estuviera escribiendo la coreografía, marca generosamente con la directora mano derecha la pauta del movimiento conjuntado; ella, sugerente vestido negro y seductora mirada puesta en su pareja, se deja llevar en enlazada sintonía mientras extiende invitadora su mano izquierda, la de la sincronía, al observador, invitándole a unirse anímicamente al baile, déjate llevar tú también. Unos jóvenes, mimetizados con el entorno de la pareja, observan vivencialmente su baile. A sus pies, la ciudad iluminada proyecta sus reflejos luminosos sobre las tranquilas aguas en las que el crucero compuesto por las rosadas letras del título y de los créditos parece haber fondeado.

En la tranquilidad de la noche, los sueños de los habitantes de la ciudad se conforman en el cielo. ¿Qué habría que hacer para materializarlos, para que aparecieran reflejados sobre la cristalina superfecie del agua?. El título brilla a modo de rosado faro indicativo pero sus letras tampoco se reflejan sobre el agua. ¿Será, quizá, también, otro sueño, otra ficción, otra ilusión?. ¿Otra película?.