Mirando el cartel

 

  

sábado, diciembre 31, 2005

El jardinero fiel

'Amor a cualquier precio', materialista forma de resumir el precio que pagas cuando amas, es el texto que enlaza las difuminadas cabezas de una pareja que, ambos con los ojos cerrados, no alcanzan a besarse porque median diferencias de estatura social y cultural: él sobre la tierra africana está orientado hacia la capital europea, ella sobre la ciudad europea está orientada hacia la tierra africana. Entre ambos, como justificación de su separación amorosa, se erige el busto del otro yo de él, dando la espalda a la postal europea y mirando fíjamente hacia el cuadro africano, que da pie al título sustentado por los créditos y reafirma que alguien debe velar por la conservación del jardín natural de la ciudad colonial. En lo más bajo de la ciudad se conforma la sombra velada del otro yo de él, una sombra blanca sin rostro (si bien por el perfil de la desgreñada cabeza sabemos que es el mismo personaje que separa a la pareja) que nos desvela la escena: desde la base del llamado mundo civilizado se apunta con pistola hacia los otros mundos sobre los que aquel tiene puesta la mirada.

Comprensible, ambos cierran los ojos porque son tan opuestos que la única manera de sentirse próximos es no viendo lo que les sostiene.

jueves, diciembre 22, 2005

Los 2 lados de la cama

La concepción en celdillas sugiere un panal. Promesa de miel.

Los personajes, en parejas cercanas o distantes, ocupan varias casillas porque cada uno de ellos tiene varias facetas. Todos sonríen. Invitación a pasar un buen rato.

El negro dos no concuerda en color con el pretendido blanco de las otras palabras del título. El número avisa de una negra segunda parte y el nuevo título obtenido previene de las combinaciones que se pueden obtener en la cama: máximo cuatro.

Sin embargo, también hay cuatro celdillas en blanco, sin nada en su interior. Estos vacíos en la distribución de imágenes y créditos informan del contenido soso, vacuo, previsible y anodino.

El cartel es un anuncio y la publicidad puede ser engañosa: las promesas pueden incumplirse y las invitaciones quedarse en el aire. No obstante, en publicidad, se puede argumentar que el mensaje es adecuado para el público objetivo y que, por tanto, el resto lo puedo interpretar como engañoso: todos conocemos los dos lados de una moneda.

Fábula

A un panal de rica miel
dos mil moscas acudieron,
que por golosas murieron,
presas de patas en él.

Otra dentro de un pastel
enterró su golosina.

Así si bien se examina,
los humanos corazones
perecen en las prisiones
del vicio que los domina.

(Samaniego)

miércoles, diciembre 14, 2005

King Kong

Se me hace difícil escoger uno de entre los cuatro carteles. Máxime cuando puestos en secuencia hablan por sí solos.
 

"Yo soy yo y mis circunstancias", se justifica él.

"Excusas, si yo te contara...", deja ir ella.

"Estamos fuera de lugar", dice ella.

"No hagas caso de las habladurías. ¿Tú cómo me ves?", inquiere él.

"Hasta aquí hemos llegado", susurra él.

"¿Y ahora qué?", cuestiona ella.

Un pequeño círculo de amor con el mundo a sus pies. ¿Quién no lo haría?.

"Eh, tú.
  Me gustaría decirte unas palabras...
  ¿Sorprendido?.
  Claro, piensas que un mono ni puede hablar ni puede tener algo que decir...
  ¿Cuánto tiempo hace que no te miras en el espejo?"

El tamaño importa. Tanto que, si así anteriormente vistos hablan, en grande cantan con guitarra y grupo. Como ejemplo, tres composiciones propias y una del romántico ribereño que parece ni pintada para la escena del segundo cartel.

 

Desde el ingente pasado,
en este breve presente
y, seguro, en el venidero futuro...
sigo a mi líder.
 
Dejo atrás bosques,
reservas naturales
y adoradores circunstanciales...
sigo a mi líder.
 
El tamaño diferencia
pero no impide
captar la esencia,
la parte común
de la bella y la bestia.
 
"Cherchez la femme",
siempre se ha dicho.
¿Porqué va a ser ahora distinto?.
Abrid paso, aquí vamos,
las dos caras de la moneda:
la bestia y la bella.
 
Dejo atrás bosques,
dejo atrás versiones:
no más comparaciones.
Sigo a mi líder.

 
Todos tenemos un secreto, Sonny.
Algo que no queremos afrontar.
Hay quien dedica su vida a ocultarlo
y lo arrastra consigo en cada paso que da.
Pero llega un día que se deja,
se deja o te arrastra.
Hay un lugar dónde nadie hace preguntas,
ni hay caras largas,
aquí, en la oscuridad de los arrabales de la ciudad.
 
 
Algunos han nacido con estrella,
otros estrellados.
Perdí dinero y esposa.
No me importa demasiado ahora.
Esta noche subiré a lo alto de esa colina porque no puedo parar.
Subiré con todo lo que tengo
Vidas en el límite donde los sueños se hacen realidad o se evaporan.
Estaré sin falta y pagaré el precio
de buscar las cosas que sólo se pueden encontrar
en la oscuridad de las afueras de la ciudad.
 
  Fragmento de "Darkness on the Edge of Town"
(Darkness on the Edge of Town, Bruce Springsteen, 1978)

 
Hay un lugar para los dos,
puede que en lo alto del cielo,
puede que bajo el suelo.
 
No somos más que personajes
en una historia fantástica,
que pocos toman más allá de la pantalla,
pero eso no impide que las bases
de esta fábula urbanita se extiendan
hasta donde se pierde la vista.
 
Hay un lugar para los dos,
puede que en el cielo,
puede que en el suelo.
 
Quité la antena de radio
para tener un pedestal,
un reducido círculo,
desde el que pregonar.
Lo nuestro poco va a durar
porque de aquí, a tiros, me echarán
y concluida la escena
la televisión ocupará este lugar.
El espectáculo debe continuar.
 
Hay un lugar para los dos,
si no en el cielo,
seguro que en el suelo.

 
Me llamo Kong,
King Kong,
y yo no busqué esta situación.
Pero las cosas son así
y todo lo que empieza ha de acabar,
para bien o para mal,
¿Qué más da?.
 
Lo que más me fastidia son las comparaciones:
¿porqué mirar atrás?...
si lo importante está por llegar.