Cars

aunque hay quien así es conducido,
no es un bicho
si bien muchos queden a él pegados,
no es un juguete,
por eso descuenta puntos,
no es un monstruo
aunque asuste por precio,
prestaciones o consumo,
no es un pez tropical
aunque se desenvuelva como pez en el agua,
no es un Increíble
aunque esté en ello y venga de ellos,
y, aunque la capa azul sobre el cuerpo rojo incite a suponerlo, no es Supercoche.
Sin embargo, fijémosnos bien en la silueta, lo que sobresale a ambos lados de la frente parabrisas no pueden ser los retrovisores porque sabemos que no tiene, tampoco puede ser el alerón posterior porque lo tiene casi tan alto como el techo y ni mucho menos, sugerida cabeza chafada y apuntadas orejas retraídas, puede ser una mutación de SuperRatón Cars encapuchado.
¿Es un gazapo?. ¿Es un desliz?. Nooooo, ¡oh! reveladora sonrisa, es un ardid. Posiblemente, el del cartel sea un sosias y el auténtico quizá se encuentre en El Venero de la Rueda, junto con el resto de la peña, recargando las baterías. Estos coches saben más que los ratones colorados.