Misión: Imposible III

No hay mayor enemigo que el que no se ve. Si por pequeño, letal. Si por enorme, bestial.
No hay peor enemigo que el que te hace cuestión personal: el odio, como el óxido, nunca duerme y en cuanto bajes la guardia corroerá lo que encuentre expuesto y desprotegido. Teniéndolo perdido, irá a por lo más querido.
Mejor corre, la velocidad te mantendrá en equilibrio pero no te extrañe que el suelo se abra bajo tus pies y el miedo entre por tu boca entreabierta y el temor anide en tu espalda; al fin y al cabo lo imposible no siempre escapa de lo posible.