Mirando el cartel

 

  

sábado, abril 22, 2006

Crash (Colisión)

En caso de impacto o colisión el cristal del parabrisas se astilla y adopta la forma de inocuos gránulos antes de desprenderse en busca del reposo que la madre tierra le ofrezca en virtud de la correspondiente liquidación de energía, siempre a la baja, y entropía, siempre a la alza.

En caso de impacto o colisión, el ser humano se aferra al prójimo próximo en un instintivo acto de supervivencia que, físicamente, le permita compensar la predecible pérdida de energía que conlleva perder el equilibrio y, anímicamente, retener el orden de las cosas evitando que se desparramen.

El hombre. Anillo en la mano izquierda: lo que sujeta es muy querido y no quiere que se le escape. Mano derecha con el puño cerrado: lo que retiene es muy apreciado y no quiere que se lo arrebaten. Ojos cerrados: ni quiere ver lo que imagina que ha ocurrido, ni imaginar lo que ha visto que ha acontecido. Boca abierta y dientes al viento: libera energía con el grito y aumenta el desorden emocional en un desesperado intento de satisfacer lo que las leyes naturales exigen en caso de colisión sin que vayan más allá de lo que tiene entre manos.

La niña. Espaldas al observador: o timidez natural o sólo quiere ver lo que quiere. Brazos al cuello: no para ahogar la figura que la sostiene sino para no ahogarse en el oscuro océano de intransigente insensatez que les rodea a ambos.

Ambos. Fuertemente abrazados: compartida protección protectora y mutuo afecto para con el otro.

Título en color blanco y al estilo parabrisas astillado con la conexión entre la r y la que asemeja un desarrollado abdomen de mosquito de largas patas: unas veces eres el parabrisas y otras el insecto.